¿Alguna vez has tenido una discusión en la que estabas seguro de que tenías la razón, solo para darte cuenta más tarde de que la otra persona tenía una perspectiva completamente diferente? Este fenómeno es más común de lo que parece, y se deriva del hecho de que todos somos protagonistas en nuestra propia vida. Vemos los eventos y las interacciones desde nuestra perspectiva, construyendo una narrativa personal que da sentido a lo que nos ocurre. Pero, ¿por qué siempre creemos que nuestra versión de la historia es la correcta? Y más aún, ¿qué significa ser el «héroe» de nuestra propia historia?
La psicología narrativa. Somos los autores de nuestra vida
Desde la psicología narrativa, entendemos que las personas no solo viven eventos, sino que también los interpretan en forma de historias. Estas historias personales son cruciales para nuestra identidad: nos ayudan a construir un sentido de coherencia, darnos un propósito y otorgar significado a las experiencias. En otras palabras, a lo largo de la vida nos contamos nuestra propia historia para entender quiénes somos.
Como protagonistas de nuestra propia historia, tendemos a vernos como los «héroes». Esta visión de nosotros mismos como el personaje principal de nuestras vidas no es solo una cuestión de ego, sino una estrategia de supervivencia psicológica. Nos da la fuerza para seguir adelante y enfrentar las dificultades con la creencia de que podemos superarlas.
¿Por qué siempre creemos que nuestra versión de la historia es la correcta?
La tendencia a creer que nuestra versión de la historia es la más acertada tiene varias explicaciones psicológicas. Algunas de las más importantes son:
-
Sesgo de confirmación
El sesgo de confirmación es uno de los fenómenos más estudiados en la psicología cognitiva. Este sesgo nos lleva a buscar e interpretar la información de manera que confirme nuestras creencias previas. En otras palabras, cuando contamos nuestra historia, seleccionamos las evidencias que refuerzan nuestra versión y descartamos aquellas que la contradicen.
Por ejemplo, si tenemos un conflicto con alguien, es probable que recordemos los momentos que justifican nuestra posición y olvidemos los detalles que podrían dar crédito a la otra persona. Así, nuestra versión de los hechos se fortalece con el tiempo. Simultáneamente, las versiones alternativas pierden peso en nuestra mente.
-
El efecto protagonista
Este fenómeno, conocido como «efecto spotlight«, se refiere a la tendencia a sobreestimar cuánto nos prestan atención los demás. Al ser los héroes de nuestra propia historia, creemos que lo que hacemos y decimos tiene una relevancia mucho mayor de la que en realidad tiene para el resto de las personas.
Como resultado, esta perspectiva distorsionada nos hace creer que nuestras motivaciones y acciones son más comprensibles y justificables que las de los demás. Pensamos que si los otros pudieran ver las cosas «como realmente son», estarían de acuerdo con nosotros. Pero lo que en realidad ocurre es que estamos viendo el mundo a través de nuestra perspectiva, sin darnos cuenta de que los demás también lo están haciendo.
-
La ilusión de la objetividad
Otro factor que influye en nuestra tendencia a creer que nuestra versión de los hechos es la correcta es la ilusión de la objetividad. Muchas veces, pensamos que nuestras opiniones y percepciones son racionales y basadas en hechos, mientras que asumimos que las demás personas están siendo irracionales o están mal informadas.
Este sesgo puede llevar a conflictos en las relaciones, ya que nos resulta difícil aceptar que nuestras percepciones también son subjetivas y están influenciadas por creencias o experiencias pasadas. Creer que nuestra versión es la más «objetiva» nos sitúa en una posición de seguridad, pero también puede limitarnos al no permitirnos ver otras perspectivas.
La función del autocuidado y la resiliencia
Aunque esta tendencia a vernos como héroes y a creer en nuestra versión de la historia puede llevar a malentendidos y conflictos, también tiene un lado positivo. Vernos como protagonistas nos otorga una sensación de control sobre nuestras vidas. Nos permite construir una narrativa que nos hace sentir capaces de enfrentar dificultades y de crecer a través de los desafíos.
Muchas veces, interpretar nuestra vida como una historia en la que somos los héroes es una herramienta de resiliencia. Nos da fuerzas para seguir adelante en situaciones difíciles, ya que nos posicionamos como agentes activos en nuestra propia vida. Este rol es fundamental para mantener la autoestima y el bienestar emocional.
¿Cómo reconciliar nuestra narrativa con la de los demás?
Aunque es natural que cada uno de nosotros se vea como el héroe de su propia historia, también es importante reconocer que las otras personas tienen sus propias versiones de los hechos. Ser consciente de esto nos permite desarrollar empatía y abrirnos a diferentes. Algunas estrategias útiles para reconciliar nuestras narrativas con las de los demás incluyen:
-
Escucha activa
En lugar de defender inmediatamente nuestra versión, podemos escuchar con atención la perspectiva de la otra persona. Entender su historia no significa que tengamos que estar de acuerdo, pero nos permite ver las cosas desde su punto de vista.
-
Reevaluación cognitiva
A veces, es útil hacer una pausa y preguntarnos si realmente tenemos toda la información o si nuestro juicio está influenciado por nuestras emociones y sesgos. Esto nos ayuda a ser más flexibles en nuestras interpretaciones.
-
Empatía
Ponernos en el lugar de la otra persona y tratar de entender por qué ve las cosas de esa manera es un paso esencial para evitar malentendidos.
Aunque todos nos veamos como héroes en nuestra propia historia y creamos firmemente en nuestra versión de los hechos, el verdadero crecimiento personal radica en reconocer que cada persona también es protagonista de su propio relato. Abrirnos a las distintas perspectivas no solo enriquece nuestra comprensión del mundo, sino que también nos ayuda a construir relaciones más empáticas y auténticas