Entendiendo el trastorno por atracón

El trastorno por atracón, también conocido como Binge Eating Disorder (BED), es una de las formas más comunes de trastornos de alimentación, aunque a menudo es menos comprendido y diagnosticado en comparación con otros trastornos como la anorexia o la bulimia. Sin embargo, su impacto en la salud física y emocional de quienes lo padecen es profundo, y su prevalencia hace que sea crucial entenderlo mejor.

Si bien es cierto que los trastornos de alimentación son multifactoriales y cuentan con factores de riesgo de diferente naturaleza -genética o ambiental, por ejemplo, existen distintos componentes que hacen del binge eating un trastorno de alimentación muy característicos. Estos factores son:

Episodios de Atracones

Uno de los rasgos más distintivos del trastorno por atracón son los episodios de atracones. Durante estos episodios, una persona consume una cantidad significativamente grande de alimentos en un corto período de tiempo, mucho más de lo que la mayoría de las personas comerían en circunstancias similares. Lo que hace que estos episodios sean problemáticos no es solo la cantidad de comida ingerida, sino la sensación de pérdida de control. Las personas que experimentan un atracón describen incapacidad para parar de comer, incluso cuando están saciadas o cuando saben que no deberían continuar comiendo.

Este comportamiento no es un acto de indulgencia ocasional; es una respuesta compleja a factores emocionales, psicológicos y biológicos. Con frecuencia, las personas sienten una necesidad intensa por comer que les resulta difícil de resistir, lo que lleva a un ciclo autodestructivo de comer en exceso y luego lidiar con las consecuencias físicas y emocionales.

Ausencia de comportamientos compensatorios

Otro rasgo distintivo del trastorno por atracón de otros trastornos alimentarios, como la bulimia nerviosa, es la ausencia de comportamientos compensatorios. En la bulimia, las personas a menudo intentan compensar los atracones mediante el vómito autoinducido, el uso excesivo de laxantes o el ejercicio compulsivo. Sin embargo, en el trastorno por atracón estos comportamientos compensatorios no están presentes.

Este hecho se traduce en un aumento de peso significativo y a problemas de salud asociados, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. La ausencia de estos comportamientos de purga también puede agravar el malestar emocional que sigue a un episodio de atracón, ya que la persona se siente atrapada en un ciclo del que no puede escapar.

Malestar emocional

El malestar emocional es tanto una causa como una consecuencia del trastorno por atracón. Muchas personas recurren a la comida como una forma de manejar emociones, como el estrés, la ansiedad, la soledad o la tristeza. En el momento, comer puede proporcionar un alivio temporal, pero este alivio suele ser seguido por sentimientos de culpa, vergüenza y arrepentimiento.

Este malestar emocional posterior al atracón no solo perpetúa el ciclo de comer en exceso, sino que también daña la autoestima y la salud mental de la persona. Es un bucle de comportamiento  en el que el atracón se convierte en una respuesta a las emociones negativas y al mismo tiempo agrava esas mismas emociones, lo que hace que sea aún más difícil romper ese ciclo.

Frecuencia de los atracones

Para que el trastorno por atracón sea diagnosticado clínicamente, los episodios de atracón deben ocurrir con cierta regularidad. Según los criterios diagnósticos, estos episodios deben producirse al menos una vez a la semana durante un período de tres meses o más. Esta frecuencia es un aspecto crucial para distinguir el trastorno por atracón de episodios ocasionales de ingesta excesiva, que muchas personas pueden experimentar en algún momento de su vida.

La frecuencia regular de los atracones subraya la naturaleza crónica del trastorno, que no es simplemente un mal hábito alimenticio, sino una condición médica seria que requiere tratamiento. Reconocer este patrón regular es esencial para buscar ayuda y recibir un diagnóstico adecuado.

Impacto en la vida diaria

El impacto en la vida diaria de una persona con trastorno por atracón es devastador. Este trastorno no solo afecta la salud física, sino que también tiene implicaciones para la salud mental y emocional de quien lo padece. La vergüenza y la culpa asociadas con los atracones pueden llevar a la evitación social, al aislamiento y a la reducción en la calidad de vida.

A nivel físico, las consecuencias pueden incluir aumento de peso, problemas digestivos y un mayor riesgo de enfermedades crónicas. Además, la relación de la persona con la comida y su propio cuerpo puede verse dañada, lo que hace que el proceso de recuperación sea un desafío tanto a nivel emocional como físico.

El trastorno por atracón es una condición compleja que va más allá de simplemente comer en exceso. Implica una combinación de factores biológicos, emocionales y sociales, y tiene un impacto significativo en la vida de quienes lo padecen. Comprender los cinco conceptos clave discutidos en este post es fundamental para reconocer la seriedad del trastorno y la necesidad de tratamiento.

Si tú o alguien que conoces está luchando con el trastorno por atracón, es importante buscar ayuda profesional. La recuperación es posible y con el apoyo adecuado, es posible romper el ciclo de atracones y reconstruir una relación saludable con la comida y con uno mismo.

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