Vivimos en un mundo en constante cambio, donde la incertidumbre es permanente. Las decisiones que tomamos diariamente se ven marcadas por un grado de incertidumbre que no podemos evitar. Aunque algunas personas parecen prosperar en situaciones inciertas, para muchas otras, el no saber qué depara el futuro es fuente de ansiedad y estrés.
La incertidumbre nos saca de nuestra zona de confort. Nos recuerda que no siempre tenemos el control sobre los resultados, lo que genera inseguridad, frustración o miedo. Sin embargo, también es posible desarrollar herramientas que nos permitan manejarla de manera más efectiva. En este artículo exploraremos varias estrategias que pueden ayudarte a lidiar con la incertidumbre de manera más equilibrada, reconociendo su inevitabilidad pero reduciendo su impacto en tu bienestar emocional.
La incertidumbre: un elemento inevitable de la vida
Antes de explorar cómo manejar la incertidumbre, es importante comprender que ésta es una parte natural de la vida. Todos experimentamos incertidumbre, desde cambios en nuestras relaciones personales hasta en temas laborales o de salud. Sin embargo, el grado en el que nos afecta varía de una persona a otra.
Para algunas personas, la incertidumbre genera una reacción de ansiedad. Estas personas sienten la necesidad de controlar todos los aspectos de su vida, lo que puede llevar a conductas de evitación. Otras, por el contrario, pueden mostrar una mayor flexibilidad. Es importante que, independientemente de cómo nos enfrentemos a la incertidumbre, aprendamos a convivir con ella, adaptándonos en lugar de intentar eliminarla.
Estrategias para lidiar con la incertidumbre
A continuación, presentamos una serie de estrategias que te ayudarán a lidiar de manera efectiva con la incertidumbre en tu vida:
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Concéntrate en lo que puedes controlar
La incertidumbre nos impulsa a tratar de anticipar los resultados de una situación. Sin embargo, es importante recordar que muchas variables que generan incertidumbre están fuera de nuestro control. Una de las estrategias para manejar la incertidumbre es centrarte en lo que sí está bajo tu control.
Haz una lista de las cosas que puedes cambiar y enfócate en ellas. Por ejemplo, si te preocupa la posibilidad de perder tu empleo, concéntrate en mejorar tus habilidades, actualizar tu currículum o explorar otras oportunidades laborales. Al dedicar tu energía a lo que puedes controlar, reducirás el estrés relacionado con lo que está fuera de tu alcance.
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Practica la aceptación
La aceptación es un concepto clave en muchas corrientes de la psicología, incluyendo la terapia de aceptación y compromiso (ACT). Consiste en aceptar que no siempre podemos predecir todo. Al aceptar que la incertidumbre es una parte natural de la vida, podemos liberar la necesidad de luchar contra ella.
Aceptar la incertidumbre no significa rendirse, sino reconocer que el cambio y lo impredecible son inherentes a la vida. Esta aceptación nos permite enfocarnos en nuestras respuestas emocionales, en lugar de intentar forzar un control imposible sobre los eventos externos.
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Mantén una rutina diaria
Uno de los aspectos más desestabilizadores de la incertidumbre es que nos hace sentir fuera de control. Una forma de contrarrestar esto es mantener una rutina diaria. Tener una estructura en tu día te da una sensación de seguridad y previsibilidad, incluso si el mundo a tu alrededor es incierto.
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Desarrolla la resiliencia emocional
La resiliencia emocional es la capacidad de adaptarse y recuperarse frente a la adversidad. Al desarrollar esta habilidad, puedes manejar mejor la incertidumbre. Para fomentar la resiliencia, es importante trabajar la regulación emocional.
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Crea un plan flexible
Tener un plan da sensación de dirección, pero es importante que ese plan sea flexible. A menudo, cuando nos enfrentamos a situaciones inciertas, nuestra tendencia es querer tener un control absoluto sobre el resultado. Sin embargo, los planes rígidos pueden generar más frustración cuando las cosas no salen como esperábamos.
Un enfoque más efectivo es desarrollar un plan que contemple diferentes escenarios, permitiéndote ajustarlo según sea necesario.
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Establece metas a corto plazo
Cuando el futuro es incierto, puede ser útil centrarse en el presente estableciendo metas a corto plazo. Estas metas proporcionan una sensación de progreso, incluso si los planes a largo plazo son todavía muy ambiciosos.
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Limita la sobreinformación
En la era digital, el acceso constante a la información puede ser contraproducente, especialmente en momentos de incertidumbre. Es importante filtrar la información para evitar caer en un ciclo de preocupación y ansiedad.
Selecciona fuentes fiables y establece límites en cuanto al tiempo que dedicas a buscar información. A menudo, demasiada información puede generar más confusión y miedo en lugar de claridad.
La clave para enfrentar la incertidumbre no es eliminarla, sino aprender a convivir con ella de manera más saludable y efectiva. La experiencia de vivir lleva intrínseca la incertidumbre por lo que luchar contra ella va en contra, en cierta manera, de vivir.