Los celos son una emoción humana que todos experimentamos en algún momento de nuestra vida. Desde la psicología, los celos se consideran una mezcla de sentimientos, pensamientos y comportamientos que surgen cuando una persona percibe una amenaza en lo que respecta a su relación. Cuando se está en una relación es fundamental entender qué son los celos, para así manejarlos de una manera saludable que no interfiera en la calidad de nuestras relaciones.
El origen de los celos. Una emoción primaria y secundaria.
Los celos pueden ser tanto una emoción primaria como secundaria. Como emoción primaria, los celos se desencadenan de manera instintiva cuando percibimos una amenaza a un vínculo importante. Esta respuesta tiene raíces evolutivas, ya que aseguraba la exclusividad de los vínculos y la protección de recursos.
No obstante, los celos también surgen como una emoción secundaria, influenciada por nuestras experiencias pasadas, por nuestras creencias y por nuestra autoestima. Por ejemplo, alguien que ha experimentado infidelidades en relaciones anteriores puede ser más propenso a sentir celos, incluso en situaciones no amenazantes.
Componentes emocionales y cognitivos de los celos.
Emocionalmente, los celos pueden incluyen sentimientos de ansiedad, ira, tristeza o frustración. Estas emociones pueden ser intensas, llegando a afectar a la salud mental de quien los padece. En el aspecto cognitivo, los celos involucran pensamientos sobre la situación amenazante. Estos pensamientos incluyen suposiciones sobre la fidelidad de la pareja, comparaciones con otras personas y dudas sobre la propia valía. La forma en que interpretamos estas situaciones intensifica o minimiza la intensidad de los celos.
Función adaptativa de los celos.
Desde una perspectiva evolutiva, los celos pueden tener una función adaptativa. Pueden motivarnos a proteger nuestras relaciones y a buscar señales de compromiso y lealtad en nuestra pareja. El problema surge cuando los celos se vuelven excesivos e interfieren en la calidad y devenir de una relación. Los celos descontrolados pueden llevar a comportamientos como la vigilancia constante, la confrontación y la restricción de la libertad de la pareja. Esto no solo daña la relación, sino que también afecta negativamente al bienestar emocional de ambas partes.
Aspectos culturales y sociales de los celos.
La expresión de los celos está influenciada por normas culturales y sociales. En algunas culturas, los celos pueden ser vistos como una señal de amor y compromiso, mientras que en otras, pueden ser considerados como una falta de confianza y una debilidad emocional. Estas diferencias culturales afectan cómo experimentamos y respondemos a los celos.
Es importante destacar que, aunque no existen emociones buenas y malas, y que todas ellas tienen una finalidad, sí que existen emociones que dañan a la persona que las sufre. Un comportamiento celotípico afecta negativamente a quien lo sufre y a las personas que tiene una relación afectiva con ellas. El cómo gestionar los celos es vital para construir relaciones basadas en la igualdad y en el respeto.