Los psicólogos estamos acostumbrados a ayudar a los demás a gestionar su bienestar emocional y sus objetivos. Sin embargo, los psicólogos también somos personas y no somos inmunes a tener momentos de duda. Como corredora, mi objetivo es mucho más que simplemente mejorar mi marca o mi ritmo. Este proceso implica un trabajo de autoconocimiento, gestión emocional y perseverancia. Después de haber completado las primeras cuatro semanas de entrenamiento, me gustaría compartir algunas de mis experiencias, aprendizajes y reflexiones.
Lo que he conseguido en estas primeras cuatro semanas
-
Adaptarme a la rutina de entrenamiento, incluso disfrutándola
Al principio, el concepto de entrenar para una maratón me pareció un objetivo tan grande que me parecía intimidante. Sin embargo, con el tiempo, he logrado adaptarme a la rutina diaria de entrenamiento, e incluso he llegado a disfrutarla. Cada carrera, cada sesión de series y de fuerza me ha enseñado que yo también puedo hacer lo mismo que el resto. Aunque al principio es normal sentirse abrumado por la cantidad de tiempo que se necesita dedicar, la estructura de la rutina me ha dado una sensación de control y organización que me ha permitido gestionar mejor mi tiempo, tanto en lo personal como en lo profesional.
-
Mejorar la gestión del tiempo
Todas las personas que trabajan y hacen deporte necesitan equilibrar el entrenamiento con sus responsabilidades laborales. No en vano, éste es uno de los grandes inconvenientes entre los adultos. Sin embargo, una de las mayores enseñanzas de estas primeras semanas ha sido cómo he logrado mejorar mi gestión del tiempo. Me he dado cuenta de que entrenar requiere un enfoque de planificación muy similar al que utilizo cuando trabajo. He aprendido a integrar mis entrenamientos en mi rutina diaria de manera más eficiente. No solo he optimizado el tiempo que dedico a correr, sino que también he aprendido a priorizar cuando es necesario, lo que me ha permitido mantener un buen equilibrio entre mi vida profesional y mi entrenamiento.
-
Modificar mi rutina de sueño
Algo fundamental que he conseguido es mejorar la calidad de mi sueño. Como parte de la preparación, he tenido que ser más disciplinada en cuanto al descanso. He comenzado a ser más consciente de la importancia de dormir bien, no solo por la salud en general, sino también para rendir al máximo en mis entrenamientos. Para conseguirlo, he modificado algunos hábitos, como quitarme las pantallas a última hora de la tarde y seguir un horario más ordenado para acostarme y despertarme. Este ajuste es fundamental siempre, pero más cuando cuatro o cinco días por semana tengo que levantarme a las 5:30. Dormir menos de 7 horas no es viable en este momento, así que echad cuentas.
Lo que no he conseguido todavía
-
Acostumbrarme a entrenar con calor
A pesar de que disfruto de los entrenamientos, lo que más me está costando es adaptarme al calor. Los que vivimos en zona cálida tenemos tres meses al año en los que entrenar antes del amanecer no es una opción, es obligado. Esto me está generando frustración, porque aunque me gusta madrugar, saber que tengo que madrugar porque no me queda otro remedio es lo más duro. Aunque me hidrato y llevo ropa adecuada, el calor es lo que más influye en mi rendimiento y en mi motivación. Es algo que todavía no he logrado dominar del todo, pero estoy trabajando en ello, buscando la manera de hacerlo más llevadero.
-
Manejar la ansiedad anticipatoria
Como psicóloga, estoy familiarizada con la ansiedad anticipatoria, esa sensación de incertidumbre que nos acompaña cuando nos enfrentamos a una situación que no podemos controlar. Sin embargo, a pesar de conocer la teoría, tengo dificultades para aplicar las estrategias de gestión de la ansiedad en mi propia vida. Raro es el día que no tengo las dudas de «¿Y si no soy capaz de terminar?» o «¿Y si me siento mal y tengo que abandonar?» La ansiedad anticipatoria se ha convertido en uno de mis mayores retos. A pesar de que he comenzado a aplicar lo que aprendí como psicóloga, el miedo a no ser capaz de cumplir con el objetivo sigue presente. Es un aspecto que, sin duda, va a ser parte del proceso, pero aún me cuesta manejarlo completamente.
-
Sentir que mi vida gira solo en torno al entrenamiento
Otro problema que he experimentado es la sensación de que mi vida, en ciertos momentos, parece girar únicamente en torno a la maratón y el entrenamiento. A veces, cuando estoy haciendo otras cosas, estoy pensando en los kilómetros que tengo que hacer esta semana o en si me quedan geles en casa, lo que me lleva a sentir que estoy dedicando toda mi energía a una única meta. Si bien es cierto el entrenamiento para una maratón es muy demandante, tengo que recordarme a mí misma todos los días que no debe ser lo único en lo que me enfoque. Como psicóloga, mi trabajo también es una parte importante de mi vida, y aunque el deporte es esencial para mí, es importante encontrar un equilibrio. Un equilibrio que me está costando mucho aplicar.
Lo que está por venir
A medida que continúo con mi entrenamiento para la maratón de Berlín, soy consciente de que aún me queda mucho por recorrer. De hecho, me queda bastante más que lo que llevo. El entrenamiento no solo se trata de correr más rápido o más lejos; se trata también de aprender a gestionar mis miedos y mis inseguridades. He descubierto que es verdad lo que me dicen, que la maratón es más mental que física.
A lo largo de estas primeras cuatro semanas de entrenamiento, he tenido la oportunidad de aplicar muchas de las herramientas y técnicas que uso con mis pacientes. Me he dado cuenta de que la preparación para un reto no solo implica entrenar el cuerpo, sino también entrenar la mente. El proceso de adaptación, el enfrentamiento de la ansiedad y la gestión de las emociones son tan importantes como los kilómetros recorridos. A medida que avanzan los días, espero seguir compartiendo con vosotros mis aprendizajes.